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domingo, 1 de noviembre de 2009
DOCUMENTOS SECRETOS DE LA CONADI
Escondido en una calle del sector tradicional de Temuco, cercano a la estación de ferrocarriles, en un edificio de los años 30, con poca luz natural, gélido, y sin mayores comodidades de infraestructura, de muy bajo perfil, funciona el Archivo o mejor dicho AGAI de la Conadi. Apretamos el botón del citófono de la puerta de acceso y anunciamos una visita a las oficinas de la CONADI. Preguntamos por el Archivo y Títulos de Merced que se conservan bajo la responsabilidad de la CONADI en bóvedas especiales, porque son documentos de la mayor trascendencia para las comunidades mapuche.
Pocos saben o conocen de este Archivo. Es una colección de mas de 2000 carpetas originales con data de 2 siglos, denominados “Títulos de Merced”, documentos redactados de puño y letra por la Comisión radicadota de indígenas, en el siglo 19. Algunos documentos se encuentran en mal estado debido al paso del tiempo, pero la mayoría aun es legible. La importancia de este archivo, radica en mantener en buenas condiciones de conservación los Títulos de Merced debido al valor legal que tienen como documentos públicos. Por esta razón el AGAI (Archivo General de Asuntos Indígenas) fue declarado Monumento Histórico hace algunos años, y después simplemente olvidado.
Por estas oficinas separadas físicamente, por algunas cuadras de la Dirección Nacional de CONADI, acuden diariamente decenas de personas mapuches que necesitan el primer croquis de su comunidad dibujado por la Comisión Radicadora de Indígenas sin mayor apoyo técnico que a mano alzada. Los descendientes de los nominados en el documento solicitan una copia del documento original para establecer su descendencia y pertenencia a una cultura diferente. El AGAI es el alma de las comunidades mapuche, aquí se encuentran los nombres de los primeros radicados ya fallecidos y la cantidad de hectáreas y ubicación de las tierras asignadas originalmente a cada jefe de hogar de aquella época por la Comisión Radicadora de Indígenas; como una consecuencia de este proceso los mapuche fueron sedentarizados definitivamente en espacios físicos delimitados llamadas Comunidades o Reducciones.
En los años siguientes la tierra ha sido traspasada de padre a hijos y así de generación a generación. En estos papeles se establece la amplia genealogía de parientes consanguíneos herederos legítimos de la tierra que forman las reducciones de hoy. Muchos mapuche nacieron, carecieron, formaron una familia y viven en las actuales tierras, otros fallecieron y fueron sepultados cerca de sus antiguas ruka. En el presente, cada mapuche debe disponer de una copia de este documento para demostrar a parientes afuerinos, quienes nunca estuvieron sumidos en el barro, y le picaron el poto al buey para labrar la tierra porque la mayoría de ellos nació lejos de la Comunidad o Reducción y han vivido toda su vida en Santiago o grandes centros urbanos.
En el presente, semejante al esplendor del oro de la antigua California en America del norte, muchos de ellos vienen al Sur a reclamar tierras, -si no- cómprenlas. Es una realidad legal no asumida y corregida. Alejandro Saavedra, un sociólogo asesor de ICIRA, organismo asociado a estudios agrarios en los años 70, en pleno Gobierno de Allende. Propone en su famoso libro titulado “La Cuestión Mapuche”, una definición étnica de mapuche. Establece Saavedra que, “Son mapuches todos quienes han nacido y viven en una comunidad y hablan madungun”.
Frente a está definición, no es lo mismo tener un apellido mapuche y vivir toda una vida en una ciudad lejana y reclamar solo por ese merito una parte del terruño, sin haber conocido jamás una Reducción y menos el mapudungun. Al margen de esta situación el AGAI (Archivo General de Asuntos Indígenas) continua en pie atendido por dos profesionales mapuche, con honestidad y dedicación, quienes representan el prototipo del funcionario público de “carrera” hoy; carrera funcionaria destruida por la Concertación, son funcionarios -abnegados pero mal pagados- ; ellos trabajan al margen de los grandes problemas que provocados al interior en ese monstruo de siete cabezas llamado CONADI. Su ayuda para resolver los problemas sobre etnicidad de las personas mapuche que necesitan optar a los subsidios del Estado es valiosísima. Tal vez, es un raro paréntesis dentro de la llamada “cultura de la corrupción” que ha marcado a los gobiernos de la Concertación y las agencias que han creado.
Profesionales por El Cambio.
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