No podemos negar que estas elecciones han sido las más estrechas que en otras oportunidades se hayan visto. Según la última encuesta CEP, Sebastián Piñera sigue siendo el ganador por un mínimo margen respecto a sus rivales. Esto demuestra que en nuestro país mucha gente ha ido tomando conciencia de que Chile realmente necesita un cambio en el timón del gobierno. Veinte años de concertación ha sido tiempo suficiente de un bloque político que cada día se desgasta más y pierde la iniciativa para hacer las cosas bien.
Ad portas de una eleción todos los chilenos debemos tomar cociencia de cuál es la mejor opción para todos. Para lograr esto hay que hacer una serie de ejercicios reflexivos que nos pueden llevar a tomar una desición correcta. Votar en una elección habla de nuestra responsabilidad cívica, habla de nuestro que hacer por los demás y nuestra participación en el colectivo ciudadano en el cual nos movemos durante nuestra cotidianidad.
La preguntas en este ejercicio nos son complejas, pero si de importancia crítica, por ejemplo, queremos seguir viviendo en un país en donde los delicuentes no nos dejan ocupar los espacios públicos, en donde nuestros hijos pueden ser en cualquier momento víctimas de un degenerado. Queremos vivir en un país en donde por una cirugía tengamos que esperar años, o enfermarse sea un delito que se paga con la pédida del trabajo. ¿Queremos vivir en un país en donde los profesionales no tengan dignidad y se conviertan en empleados de segundo orden?
Chile, en apariencia se ve como un buen país para vivir, pero si miramos debajo de la alfombra nos encontraremos con una suciedad, muy bien cubierta, pero jamás limpiada. Los gobiernos de la Concertación trajeron la democracia a Chile, eso no se puede negar, pero esa democracia, rápidamente fue condicionada por una nueva burguesía que paso a decidir por todos sin consultar a Nadie.
Todos los chilenos sabemos de los grandes escándalos que salen todos los días en la prensa, pero nuestra memoria es lígera y basta con que una señora salga con una bonita sonrisa, palabras en tono de mamá y le damos nuestra aprobación como si todo lo que se gestiona es bueno, y lo malo no existe. Claramente esta corta memoria no ha pasado la cuenta y a hecho que muchos chilenos queden a la indefención ante un sistema que los avasalla, sume sus voluntades en el barro de la indiferencia y el individualismo, a tal punto que ya nos de lo mismo lo que ocurre con nuestro país.
Es común escuchar a la gente cuando dice: ¡total quien salga da lo mismo así que yo voto por el que más me da! . La concertación esto lo tiene muy claro, por años se han encargado de convertir a la población en ovejitas que se riden facilmente ante cualquier subsidio o promesa, así es que vivimos en un mundo de promesas en donde tal como pollitos estamos bajo la mesa esperando recibir las migajas que caen de la mesa, somos cachorros de un sistema político basado en la dictadura de la ignoracia, la dejación y la irresponsabilidad, en donde el gran hermano Concertación decide lo que debemos hacer.
Es hora de abrir los ojos y mirar un nuevo horizonte, en donde seamos capaces de reflexionar respecto al Chile que queremos, en este momento hay en competencia cuantro candidaturas, Una encabezada por un serio señor que usa su hiperbolizada naríz como gesto de victoria, el cual se autodenomina asi mismo como el heredero del gobierno de Bachelet y continuador de su obra, obra que ha llevado a miles de empleados públicos a marchar por la calle, obra que ha llevado a la región de la Araucanía a un coflicto que ya tiene víctimas fatales, obra que ha estancado el crecimiento nacional, obra llena de corrupción bajo la alfombra, obra que tiene sumida en la riqueza a sus operadores y deja a los profesores como insitadores sólo por reclamar lo que es justo.
Este señor de ego sobredimensionado que sólo quiere ser presidente para ganarle a su padre, ¡yo fui dos veces y tu una sola!, no busca el bien del país, sólo quiere perpetuar un sistema que le es favorable a ellos mismos. No puedo dejar de impresionarme como la concertación recurre a todo tipo de triquinuelas para lograr la victoria, lanza películas, se hace publicidad hasta en los programas de farándula y se impone la campaña de la luka para todos.
El segundo candidato es un joven muchacho, que se dice a si mismo viejo y jovén mmm, el cual aparece ante la opinión pública como una persona simpática y sincera, autodenominadose progresista, moderno y rebelde. Será tan así?, si uno mira en profundidad a este muchacho es fácil darse cuenta que detrás de el hay oscuros propósitos muy difíciles de esclarecer, ejemplo de ello es su proyecto de gobierno, el cual a primera vista se ve muy atractivo, no tiene ningúna aplicabilidad en el contexto sociocultural chileno. Otro punto interesante es que este muchacho tiene un padre político llamado Concertación, al cual ahora niega rotundamente, ataca y sataniza. No será MEO la reina en el juego, no será el enroque que la Concertación tiene preparado en caso de que su rey se vea amenzado?.
El señor Arrate, por su parte, un hombre especial que vive anclado a la vieja Cuba, se autodenomina líder de un grupo antisistema que lucha por una democracia, claro que de esas democracias que entienden ellos con un dictador a perpuetuidad tal como Chavéz o Castro.
El cuarto candidato, Sebastiań Piñera, ufffffff, si que le han dado duro, pero en fin si lo atacan será por algo, parece que sus rivales están preocupados, de que sea un exitoso empresario, que tenga las atribuciones necesarias para gobernar, que sus ideas sean concretas y aplicables, que en su gobierno los empleados públicos tengan que trabajar, que los actos de corrupción se acaben etc..
Chile necesita crecer, desarrollarse e insertarse en el mundo moderno, para esto se necesita gente que tenga conocimiento e iniciativa, que no este maleado por el juego político, lo más importante que ame a sus país y lo ponga por sobre todo interés, en lo personal creo que las primeras opciones no cumplen estos requísitos y no son una verdadera opción de gobernabilidad, por eso creo en el cambio.
Profesionales por el Cambio, Renovación Nacional
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