Todos fuimos testigos del debate presidencial trasmitidos por las cámaras de Canal 13, el pasado día lunes, al hacer la revisión de los diferentes medios de comunicación podemos encontrar una serie de opiniones respecto del desempeño de los candidatos en está pequeña teatrocracia electoral. Bueno o malos los debates se han impuesto dentro de la lógica de los procesos eleccionarios en nuestro país .
Pero la pregunta es qué es los importa a la hora de analizar un debate y elegir una opción responsablemente y en conciencia pensado en los destinos de nuestro amado país. Está respuesta es compleja dado el contexto social e histórico en el cual estamos insertos, citando a George Balandier, quien plantea que “El poder en escenas. de la representación del poder al poder de la representación” según lo señalado por el autor vivivmos en una constante teatrocracia, en donde todos los actores políticos interpretan un guíon de cine para lograr sus objetivos y cuesta mucho entender cuales son las lógicas insertas tras ellos.
Claramente esta elecciones se estan definiendo por la argumentación de los candidatos la cual es si misma se debe entender como un diálogo en el que un candidato presenta una serie de argumentos con los que pretende modificar la conducta del electorado , de forma que éste último acepte la tesis propuesta por el primero; en este sentido los fundamentos con los que un político debe de hablar, deben de encontrar su bases en las necesidades sociales, en las exigencias del colectivo popular y en lo que la gente realmente quiere escuchar, por lo menos en nuestro país, el público se convence fácilmente de los argumentos de los políticos que mencionan lo que ocurre en la realidad y las soluciones rápidas que consideran que pueden aplicarse para resolver los problemas generales, aunque no sea cierto, pero es una buena estrategia para convencer y obtener buenos resultados en las elecciones.
Pero lo que trato de exponer no es la verdadera forma en que debe de demostrarse una buena argumentación, porque podemos encontrarnos con el mejor actor de teatro del mundo y mediante gesticulaciones, ademanes y lenguajes rebuscados podría llegar a convencernos, pero de fondo, el contenido académico o cultural sería demasiado pobre, y únicamente nos dejaríamos llevar por el impacto de la forma de pronunciar las palabras.
En este esquema me gustaría agregar una crítica a las personas que por falta de conocimientos se dejan llevar por los burdos discursos políticos de los mismos políticos que cuando ostenten los cargos de elección popular, el fundamento populista se impondrá en sus acciones sobre argumentos reales. Es en este contexto donde nosotros como electores debemos hacer el ejercicio de mirar bajo las aguas y empezar a nadar en la profundidades del juego político para poder entender el fenómeno y votar en conciencia. Lo que digo parece complejo y muchos dirán que la premisa anterior no es aplicable a toda la ciudadanía y que este ejercicio sólo queda supeditado a niveles de educación y no a la masa que se mueve según los designios del devenir.
Pero no es tan así, cuando opté por una candidatura en particular, hice varios ejercicios que me llevarón a tomar una desición correcta, uno de ellos, y tal vez elmás importante fue mirar más abajo y analizar con calma los programas de cada candidato, ver la fiabilidad de estos e imaginar los resultados. Otra cosa importante a la hora de hacer el análisis es comprender que en política lo que importa no son las buenas razones, si no las buenas acciones y creo en los personal, que eso es lo que marca la diferencia entre Sebastián Piñera, quien a mi entender es el único de los candidatos que plantea buenas acciones y no grandes razones como los otros candidatos, que parecen estar sumidos en sus útopicos discursos que en muchos casos no dicen relación con la realidad.
En lo personal me parece muy interesante escuchar a MEO, cuando habla de su reforma tributaria , de su plan de salud o su proyecto de país. No se puede negar que suena lindo, pero la pregunta es MEO se habrá sentado a meditar cada uno de sus dichos, a medir especulativamente los resultados de sus propuestas y ver los efectos de estas en un contexto como el chileno. En lo personal me parece que Marco, es un gran exponente de la teatrocracia, la cual explota muy bien dada su formación de cineasta. Un gran actor en escena.
En el caso de Frei, ni hablar, sólo promesas que no ha cumplido, justificaciones respecto a sus accciones en el pasado, y una gran falta de empatía que esconde detrás de una seudofigura de seriedad. Respecto a sus propuestas claramente son sólo una continuidad de lo que hay con un par de inovaciones que no convencen a nadie, sólo a sus seguidores que quieren mantener sus trabajos en los diferentes servicios públicos. En resumen un mal actor.
El señor Arrate, me parece una persona cordial, que tiene cara de oveja, pero en el fondo es un lobo que espera atento en momento de poner en acción una ideología, que bien todos sabemos profesa este señor. En lo que se refiere a su discurso como buen hombre de izquierda está dotado de una buena labia, una profunda sociabilidad y una buena careta que esconde sus profundas intenciones. Un actor de mucha experiecia, el Noguera de la politíca nacional, nada que decir.
Respecto Piñera, candidato al que los otros atacan en una verdadera formación digna luftwaffe, claramente se denota que no le viene lo de actor, el es un ejecutor un hombre de acción que se toma las cosas muy seriamente a la hora de proceder. Chile necesita acciones, no razones, basta de tanta delicuencia, basta de una salud tercermundista de una educación mediocre y de un país que avanza hacia atrás en el camino del desarrollo.
Profesionales por el Cambio, Renovación Nacional
No hay comentarios:
Publicar un comentario