Profesionales por el Cambio, es un grupo interdisciplinarios de profesionales que cree en un Chile diferente, es por esto, que creemos en las propuestas de Sebastián Piñera, como un verdadero motor de cambio para llevar a Chile, al desarrollo

sábado, 31 de octubre de 2009

Hacia una nueva visión en educación


La Educación Chilena claramente esta pasando por una crisis, que no ha podido ser resuelta, deudas, discusiones sobre leyes, intereses creados etc.. son parte de la discusión constante en nuestro país pese a eso no debemos olvidar que para lograr el desarrollo. La educación constituye un instrumento indispensable para que Chile pueda progresar hacia los ideales de paz, libertad y justicia social que nuestros ciudadanos necesitan.

En este sentido la función esencial de la educación es el desarrollo continuo de la persona y las sociedades, no como un remedio milagroso, sino como una vía al servicio de un desarrollo humano más armonioso, más genuino, para hacer retroceder la pobreza, la exclusión, las incomprensiones, las opresiones, las diferencias. La educación es también un clamor de amor por la infancia, por la juventud que tenemos que integrar a nuestra sociedad en el lugar que les corresponde, en el sistema educativo indudablemente, pero también en la familia, en la comunidad de base, en la nación. Hay que recordar constantemente este deber elemental para que inclusive las decisiones políticas, económicas y financieras lo tengan más en cuenta. No hay que olvidar que, nuestros niños son el futuro de Chile.

En los momentos de crisis es imperativo que todos los que estén investidos de alguna responsabilidad presten atención a los objetivos y a los medios de la educación. La Alianza considera las políticas educativas como un proceso permanente de enriquecimiento de los conocimientos, de la capacidad técnica, pero también, y quizás sobre todo, como una estructuración privilegiada de la persona y de las relaciones entre individuos, entre grupos y entre organizaciones.

Chile, necesita implementar un sistema más flexible de educación que permita la diversidad de estudios, que permita a los individuos caminar entre diversos campos de enseñanza o entre una experiencia profesional y un regreso a la formación constituye una respuesta válida a las cuestiones planteadas por la inadecuación entre la oferta y la demanda de trabajo. Un sistema así permitiría también reducir el fracaso escolar, causante de un tremendo despilfarro de recursos humanos y económicos.

Se ha podido evocar a este respecto la necesidad de dirigirse hacia “una sociedad educativa”. Es verdad que toda la vida personal y social puede ser objeto de aprendizaje y de acción. Grande es entonces la tentación de privilegiar este aspecto de las cosas para recalcar el potencial educativo de los medios modernos de comunicación o de la vida profesional, o de las actividades culturales y de esparcimiento, hasta el punto de olvidar por eso algunas verdades esenciales. Porque, si bien hay que aprovechar todas estas posibilidades de aprender y perfeccionarse, no es menos cierto que para poder utilizar bien ese potencial la persona debe poseer todos los elementos de una educación básica de calidad. Más aún, es deseable que la escuela le inculque más el gusto y el placer de aprender, la capacidad de aprender a aprender, la curiosidad del intelecto. Imaginémonos incluso una sociedad en que cada uno sería alternativamente educador y educando.

La educación durante toda la vida se presenta como una de las llaves de acceso al futuro. Esta noción va más allá de la distinción tradicional entre educación básica y educación permanente, y responde al reto de un mundo que cambia rápidamente. El mundo actual se mueve en dinámicas tan rápidas que la única forma de afrontarlo es que todos aprendamos a aprender. Pero además surge otra obligación que, tras el profundo cambio de los marcos tradicionales de la existencia, nos exige comprender mejor al otro, comprender mejor el mundo.

Profesionales por el Cambio, Renovación Nacional

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