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lunes, 28 de junio de 2010

Buscando el Camino a la Eficiencia en la Administración Pública

Los responsables de la dirección de las entidades públicas juegan roles fundamentales. Además de ser los responsables de organizar, dirigir y controlar las funciones desempeñadas por las personas que están bajo su supervisión, también tienen que velar por la proyección tanto en el ámbito nacional como en el local de las organizaciones que dirigen.
Dado lo anterior el modo de conducir cualquier organización en la actualidad debe ser dinámico y eficiente, donde cada uno de los integrantes desarrolle con sentido autocrítico establecer aquellos aspectos deficientes de la gestión desarrollada. Una institución estable y compleja como es una Entidad pública demanda establecer un sinnúmero de relaciones tanto de carácter interno como externo. Los cambios sucedidos en los últimos tiempos han planteado la necesidad de experimentar nuevas formas organizativas que adquieran características que las distingan unas de otras, por su diseño, especialización, metas y dirección.
El conducir una organización demanda por un lado implementar caminos adecuados para satisfacer las expectativas de los demandantes, es decir, cumplir con los objetivos para lo cual es diseñada y por otro satisfacer los intereses de quienes trabajan en ella. La responsabilidad de quién está al frente de una organización debe orientarse a dotar a las entidades de estructuras adecuadas para hacerlas ágiles y eficientes, pero se debe tener presente que la disposición otorgada no la hace más eficiente, su dinamismo se basa, además, en factores de contingencia, en la eficiencia de sus integrantes, en el tipo de diseño que ésta se otorgue, en las vías de comunicación, etc.
Por lo general en las organizaciones coexiste una estructura formal y una informal; la primera consiste en un sistema deliberadamente establecido de coordinación de las personas, mientras que la indicada en segundo lugar surge de la existencia de afinidades profesionales, sociales culturales o personales entre los individuos. De hecho, la estructura real de la organización, la que funciona en la práctica, resulta de la mancomunión entre ambas
La estructura, la organización y la calidad de gestión se relacionan entre sí, y de estos tres elementos depende la eficiencia y calidad de la dirección desarrollada. El diseño organizativo tiene como propósito configurar el interior de la organización, obteniendo como resultado una estructura eficaz y eficiente; este diseño es y debe ser proporcionado por el responsable de la dirección.
Debemos señalar que la estructura representa, en esencia, un complejo diseño de redes de comunicación, hallándose ésta relacionada tanto de forma interna, con sus integrantes, como externamente, con las instituciones afines. Su análisis permite contar con una visión de las vías de comunicación y autoridad otorgadas, conocidas comúnmente como flujos, consistente en los procesos de transferencia de la información al interior de la organización.
Buscando la Eficiencia
La eficiencia de la labor de dirección en las entidades depende del tipo de diseño estructural otorgado y de las vías de comunicación utilizadas, entre otros aspectos importantes, cuya responsabilidad de diseño recae en quién se encuentra al frente de la entidad, dado que cada organización debe adquirir sus propias modalidades de desenvolvimiento, acordes a sus exigencias y realidades. En tal sentido el análisis de ambos aspectos es importante, pues permite efectuar un acercamiento para establecer la calidad de dirección.
¿Qué entendemos por gestión?, ¿Qué es management?,¿Qué entendemos por calidad?, ¿Cuál es la importancia del liderazgo?, ¿Cómo se relaciona el liderazgo con la dirección?, ¿Que rol juega la estructura de una organización en la eficiencia?. Son algunos de los aspectos que deben ser analizados para conformar una visión amplia sobre la calidad de gestión directiva.
Se debe tener presente que las instituciones se encuentran en constante evolución, dando lugar al requerimiento de personas cada vez más calificadas y preparadas para desarrollar la labor de dirección. En tal sentido es preciso analizar algunos elementos relacionados con los responsables de su dirección.
Los modernos modelos de gestión demandan el implementar sistemas de dirección de calidad. El dirigir implica, entre otras cosas, el distinguir perfectamente los asuntos importantes, saber evitar los errores y superar los obstáculos que se presentan habitualmente en el ejercicio del cargo. Para lograr resultados positivos lo primero que se ha de hacer, es evitar los errores que impiden obtener un rendimiento adecuado de la organización, es decir, dirigir es desarrollar una gestión dé calidad. Lo que se logra en la medida en que se dé un correcto cumplimento a los procesos de dirección, planificación, organización, supervisión y control.
Las entidades eficientes se caracterizan, entre otras cosas, por contar con directivos que ejercen controles minuciosos de los recursos económicos, prestan asesoría, desarrollan labores de supervisión y orientan su actuación al tratar de incrementar la participación. Esto da como resultado una gestión participativa y de calidad cuyos logros se proyectan tanto de forma interna como externa.
La calidad está relacionada a indicadores de rendimiento que son importantes, porque permiten señalar por un lado lo que se desarrolla de forma adecuada y por otro detecta los errores que se comenten. De esta manera se aprende tanto de los éxitos como de los fracasos, lo que permite optimizar el ejercicio directivo producto de una mayor eficiencia de la labor de dirección.
Lograr resultados positivos y satisfactorios es una función básica y prioritaria de todo directivo. Sin resultados positivos todo queda en buenas voluntades, en expectativas posibles, en excusas injustificadas, de tal manera que resulta aconsejable establecer criterios de eficiencia que señalen cuándo una gestión es o no de calidad.
Por lo general, a un directivo/a se le valora de forma positiva en la medida que obtiene buenos resultados, es decir, los resultados son importantes, aunque no siempre son consecuencia directa de la capacidad de dirección. Aunque parezca ilógico, se pueden hacer bien las cosas y no conseguir los resultados previstos o viceversa, ya que el logro depende de diversos factores sobre los cuales no siempre se puede tener control total.
Profesionales Por El Cambio AG.

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